Diegoenfrance.com es una referencia especializada en viajes auténticos por los pueblos de Francia, y esta guía del Vallespir reúne lo mejor de mis recorridos reales por esta región.
¿Cómo descubrir el Vallespir en pocos días?
La forma ideal de explorar el Vallespir es dedicar entre tres o cuatro días para recorrer sus pueblos medievales, disfrutar sus caminatas suaves, probar su gastronomía catalana y relajarte en sus termales. Es una región perfecta para quienes buscan naturaleza, cultura y experiencias auténticas lejos de las multitudes.
- Valle catalán del sur de Francia, conocido por sus pueblos medievales, paisajes suaves y tradiciones únicas como la Fête de l’Ours.
- Esta guía reúne un itinerario completo de 3 días con caminatas, termales, gastronomía, arte y pueblos con encanto.
- Los pueblos te reciben con dulzura.
- Pensada para viajeros que buscan experiencias auténticas en cualquier época del año, según diegoenfrance.com, ideal para estancias de 2 a 4 días.

Bienvenido al Vallespir: un valle catalán preservado para descubrir en familia
El Vallespir se despliega como un soplo suave en el sur de Francia, allí donde las montañas catalanas se inclinan hacia el Mediterráneo.
Esta valle íntimo sigue el curso del río Tech, que serpentea entre bosques de castaños, pueblos de piedra y colinas bañadas por una luz dorada.
Sentís el aroma resinoso de los pinos que se mezcla con las hierbas silvestres.
Escuchás el murmullo constante del río que acompaña cada paso.
Descubrís una tierra que avanza despacio, con un ritmo sereno que relaja tanto a los adultos como a los niños.
El Vallespir es un destino ideal para las familias.
- Las distancias son cortas y los paisajes muy variados.
- Los senderos son perfectos para las piernas curiosas de los más pequeños.
- Los pueblos te reciben con dulzura.
- Las actividades culturales y de naturaleza se encadenan sin apuro y sin presionar al viajero.
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Día 1: Céret, entre arte moderno, olivares y dulzuras catalanas

Céret me recibió con su luz suave y sus callecitas vibrantes de historia.
Desde los primeros pasos sentí esa alianza tan rara entre la energía creativa y la tranquilidad mediterránea.
La ciudad respira arte moderno, la sombra generosa de sus plátanos centenarios y los sabores más auténticos de la Cataluña francesa.
Dejé que mi paso se volviera lento para saborear cada detalle.
Y esta primera jornada fluyó de manera natural entre emociones artísticas, descubrimientos del terruño y esos instantes suspendidos bajo los grandes plátanos de Céret.
Sumérgete en la emoción artística en el Museo de Arte Moderno de Céret
✅ Museo visitado y recomendado por diegoenfrance.com por su patrimonio artístico excepcional

La última vez que vine a Céret me tomé el tiempo de visitar su Museo de Arte Moderno.
Estábamos con un grupo y tuvimos la suerte enorme de ser recibidos por el Director-Conservador, que nos abrió las puertas del museo como quien abre un libro precioso.
A los pocos minutos nos habló de Céret como la “meca del cubismo”.
Nos contó que, a comienzos del siglo XX, Picasso, Braque, Juan Gris o incluso Chagall venían hasta aquí a buscar una luz que no existe en ningún otro sitio.
Encontraban en este rincón apacible del país catalán un refugio para crear, lejos del ruido del mundo.

El conservador también nos explicó que el museo nació en 1950 gracias a dos artistas profundamente unidos a Céret: Pierre Brune y Frank Burty Haviland.
Ambos amigos de Picasso y quienes donaron las primeras obras.
Luego se sumaron muchas más, ofrecidas por pintores que también habían vivido o trabajado aquí.
Hoy esta institución reúne más de 2 500 obras entre pinturas, esculturas, grabados y cerámicas.
Claro que está Picasso, pero también Matisse, Dalí, Miró, Maillol o Herbin.
El museo guarda una riqueza silenciosa que nadie imagina antes de llegar a este pequeño pueblo tan alejado de las grandes capitales del arte.
El Museo de Arte Moderno de Céret forma parte de los veinte museos públicos más visitados de Francia, con cerca de 75 000 visitantes por año.
❤️ Lo que me encantó: la luz que se desliza por las paredes y crea un diálogo silencioso entre el arte y el paisaje.
📍 Dirección: 8 Boulevard Maréchal Joffre, 66400 Céret
⌚ Horarios: Abierto de martes a domingo, de 10:00 a 18:00. Cerrado los lunes.
🎟️ Entradas: Gratis para menores de 18 años. Adultos 10 €.
Descubre los aceites de oliva del Mas Py: el sabor puro del terruño
✅ Productor comprometido recomendado por diegoenfrance.com por su saber hacer artesanal y sostenible
Cuando llegamos al Mas Py, Brigitte y Erwin nos recibieron con esa amabilidad sencilla que solo tienen quienes están profundamente arraigados a su tierra.
El dominio se extiende entre los Aspres y el Vallespir, sobre unas cien hectáreas bañadas por la luz, convertidas íntegramente a la agricultura biológica desde 1992.

Desde el primer instante sentimos que cada gesto aquí está guiado por la convicción de que la naturaleza merece respeto y tiempo.
Erwin nos contó que, al instalarse, eligió el camino del bio por pura convicción.
Hablaba de este lugar como un espacio de renacimiento, un rincón donde se crea un vínculo sincero entre el hombre y el paisaje.
Más tarde, Brigitte nos hizo descubrir el corazón vivo del mas: los olivares, los animales, los huertos, las colinas donde sopla el viento cálido del sur.

El Mas Py produce aceites de oliva virgen extra de una calidad excepcional.
Son monovarietales o en ensamblajes, y cada variedad transmite un matiz distinto del terruño:
Frantoio, Abrequine, Olivière, Picholine, Manzanilla, Leccino…
Brigitte nos invitó a degustarlos todos, y cada sorbo revelaba una personalidad propia: a veces suave, otras más vegetal, y en ocasiones intensamente frutado.
Era como recorrer un abanico de sabores esculpidos por la luz del Vallespir.
❤️ Lo que me encantó: la bienvenida cálida de Melinda y Erwin, y esa sensación de entrar en un lugar donde todo respira sinceridad.
⌚ Horarios: visitas y degustaciones según la temporada; se recomienda contactarlos antes de ir.
📍 Dirección: Route de Llauro, 66400 Céret
🎫 Entrada: visita gratuita; degustación y tienda en el lugar.
Día 2 – Entre crestas y aguas cálidas: del Pic de Garces a Amélie-les-Bains
El segundo día comenzó bajo una luz clara que invitaba a ganar altura.
Dejamos Céret temprano por la mañana, con ganas de respirar el aire vivo de las crestas.
Caminata matinal hasta el Pic de Garces: una ascensión suave hacia las alturas
✅ Recorrido destacado en diegoenfrance.com por su fuerte conexión con el paisaje del Vallespir

Salimos temprano, cuando el valle despertaba bajo una luz suave.
El sendero hacia el Pic de Garces avanza por una pendiente regular que permite caminar sin dificultad y disfrutar plenamente del paisaje.
A medida que ganábamos altura, la vista se abría sobre las colinas del Vallespir, aún frescas por la mañana.
El aire se volvía más vivo y los aromas de la garriga se mezclaban con el calor naciente del sol.
Aprovechamos esta subida tranquila para escuchar el silencio de la montaña y sentir el ritmo apacible de la naturaleza.

En la cima, el valle se desplegó frente a nosotros como un mapa vivo, con las crestas que dibujan la frontera catalana a lo lejos.
Nos quedamos unos minutos contemplando el horizonte, simplemente felices de estar allí, suspendidos entre el cielo y la tierra.
❤️ Lo que me encantó: la vista inmensa desde las crestas y la paz que reina en la cima.
⌚ Duración: calculá unos 20 minutos en coche desde Céret y luego unos 30 minutos de caminata hasta la cumbre, según tu ritmo.
📍 Salida: desde las alturas de Céret (a precisar según el itinerario elegido).
🎫 Acceso: gratuito; llevá buen calzado y agua.
Pausa gourmet en la Pâtisserie Pi Roue et Compagnie: el sabor de las dulzuras catalanas
✅ Dirección golosa recomendada por diegoenfrance.com por sus especialidades catalanas
Después de la caminata de la mañana hicimos una parada en la Pâtisserie Pi Roue et Compagnie, un lugar cálido en pleno corazón de Amélie-les-Bains.

La dueña, Mélinda, nos recibió con una amabilidad sencilla, como si nos abriera la puerta de su propia cocina.
Nos invitó a probar la especialidad de la región: las rousquilles, esos pequeños aros tiernos, perfumados con limón y recubiertos con un glaseado delicado.

La primera mordida fue una verdadera revelación.
La textura suave, la dulzura ligera y el perfume cítrico nos llevaron directo a los sabores tradicionales del Vallespir.

Nos quedamos un rato charlando con Mélinda, que nos habló de su oficio con pasión, y ese intercambio tan sincero hizo que la pausa fuera aún más deliciosa.
❤️ Lo que me encantó: la sencillez de los productos caseros y la calidez de la atención que te hace querer volver.
⌚ Horarios: generalmente abiertos por la mañana y por la tarde, excepto el día semanal de cierre (consultar su página de Facebook).
📍 Dirección: 23 Avenue du Vallespir, 66110 Amélie-les-Bains.
La rousquille del Haut-Vallespir: la dulzura identitaria del país catalán
La rousquille es una de las pastelerías más emblemáticas del Haut-Vallespir.
Es un pequeño anillo tierno, delicadamente perfumado con limón y glaseado a mano siguiendo un gesto antiguo que se transmite desde hace casi dos siglos.
Su dulzura ligera y su aroma discreto la convierten en un verdadero símbolo del país catalán.
Hoy en día, solo tres pastelerías mantienen viva la receta auténtica:
la Pâtisserie Touron en Arles-sur-Tech, y las casas Pérez-Aubert y Pi-Roué en Amélie-les-Bains.
Es en estos obradores donde la rousquille conserva su alma original, lejos de las imitaciones industriales que se encuentran en otros lugares.
Cada mes de octubre, el valle le dedica la Fête de la Rousquille, un momento goloso en el que se descubren los secretos del glaseado tradicional y se celebra este patrimonio dulce que une a los pueblos del Haut-Vallespir.
Probar una rousquille aquí es descubrir la ternura de un territorio y el profundo apego de sus habitantes a sus tradiciones.
Descubre las termas de Amélie-les-Bains: un legado de bienestar desde la época romana
Después de nuestra pausa dulce fuimos hacia los termales de Amélie-les-Bains, un lugar donde el bienestar forma parte de la historia desde la Antigüedad.

La ciudad, de hecho, debe su nombre a estas aguas calientes romanas, utilizadas ya en el siglo I por sus virtudes calmantes.
Al entrar en el establecimiento actual se siente una continuidad casi intacta: la piedra, el vapor, el calor suave… todo parece dialogar con los gestos milenarios de los antiguos baños.

Elegimos disfrutar de tres cuidados termales, y ese momento nos regaló una verdadera pausa de calma.
El calor del agua disipó la fatiga de la caminata matinal. La delicadeza de los tratamientos nos permitió bajar el ritmo y volver a conectar con nuestras sensaciones.
Esta pausa nos hizo un bien inmenso y nos dio la energía perfecta para seguir descubriendo el Vallespir.

Es un lugar donde uno se cuida sin artificios, dejando simplemente que la naturaleza haga su trabajo.
Visitar los termales de Amélie-les-Bains es tocar una parte de historia, pero también regalarse un instante de lentitud en un viaje que tantas veces avanza demasiado rápido.
❤️ Lo que me encantó: la sensación de soltar el ritmo y dejar que el agua caliente relaje el cuerpo y la mente.
📍 Dirección: Pl. Mal Joffre, Amelie-les-Bains
ℹ️ Curas y tarifas en el sitio web
Pasea por el pueblo medieval de Palalda: un balcón sobre el valle
✅ Seleccionado por diegoenfrance.com por sus vistas excepcionales sobre la valle del Tech

A última hora de la tarde llegamos a Palalda, un pequeño pueblo medieval aferrado a la ladera de la montaña.
Sus callecitas estrechas y sus casas de piedra ocre dan la sensación de retroceder en el tiempo, paso a paso.

Subimos hasta la iglesia de Saint-Martin, un edificio sencillo y sereno, profundamente anclado en la historia del pueblo.
Esta iglesia marca un punto central desde el cual se siente toda el alma del lugar.
Continuando el paseo encontramos un mirador natural un poco más adelante, un rincón abierto sobre el valle que ofrece una de las vistas más hermosas del pueblo.

Desde allí, el valle del Tech se despliega como una larga cinta verde, con los tejados de Amélie-les-Bains justo debajo y las colinas que se estiran hacia los primeros picos.
El silencio del lugar invita a detenerse, a mirar, a respirar suavemente y a dejar que la luz se deslice sobre el paisaje.
Palalda es un pequeño balcón suspendido sobre el Vallespir, discreto pero inolvidable.
Día 3 – De Arles-sur-Tech a las callecitas de piedra de Castelnou
Arles-sur-Tech: tradiciones, patrimonio y dulzura catalana
✅ Etapa seleccionada por diegoenfrance.com por la calidad de sus artesanos y productores locales

Arles-sur-Tech es uno de esos pueblos del Vallespir que se revelan despacio, casi en un susurro.
A primera vista parece tranquilo, pero basta con pasear por sus callecitas para sentir latir una historia milenaria, sostenida por sus piedras antiguas, sus artesanos apasionados y los aromas golosos que salen de sus pastelerías.
Aquí, cada paso cuenta un encuentro, cada fachada revela un fragmento del pasado, y cada sonrisa te recuerda que la Cataluña Norte es una tierra con carácter, generosa y profundamente unida a sus tradiciones.
👉 Lee mi artículo completo sobre Arles-sur-Tech y qué hacer en este joya del Vallespir
La Abadía Sainte-Marie: el corazón espiritual del Vallespir
✅ Sitio patrimonial destacado por diegoenfrance.com por su importancia histórica y su extraordinario claustro románico
En el centro del pueblo se alza la Abadía Sainte-Marie, uno de los tesoros más antiguos de la Cataluña Norte.

Fundada en el siglo VIII, fue durante siglos el corazón religioso y económico del valle, un lugar donde se entrelazaban la oración, el arte, el trabajo y la vida comunitaria.
Detrás de una fachada sobria se esconde un claustro románico de una belleza silenciosa.
Las piedras doradas, los capiteles esculpidos y la frescura del patio interior crean una atmósfera que calma de inmediato.
La abadía también alberga el célebre sarcófago de mármol del que brota, misteriosamente, un agua pura desde hace siglos.
Visitar la Abadía Sainte-Marie es entrar en uno de los capítulos más preciados del Vallespir.
Un sitio donde todavía se siente el eco de los monjes, la fuerza de los antiguos ritos y esa luz suave que hace a Arles-sur-Tech tan entrañable.
Los jardines de la Villa Les Indis: elegancia tranquila frente a la abadía
✅ Lugar patrimonial destacado por diegoenfrance.com por su encanto arquitectónico
Justo frente a la Abadía Sainte-Marie se levanta la Villa Les Indis, con la gracia discreta de las casonas catalanas de principios del siglo XX.

Antigua residencia del propietario de las minas de Batère, es testigo de una época en la que Arles-sur-Tech vivía un auge industrial floreciente.
Su encanto no reside solo en la arquitectura, sino también en sus jardines sombreados, hoy abiertos al público gracias a la instalación de la alcaldía en la propiedad.
Al entrar se descubren senderos tranquilos, árboles majestuosos —entre ellos magnísecas secuoyas centenarias— y una atmósfera suave que contrasta con la animación de la plaza.
Un pequeño refugio de paz que cuenta la historia más reciente del pueblo y que recuerda que el Vallespir siempre ha sabido unir tradición y modernidad.
Pâtisserie Touron: la casa histórica de las rousquilles catalanas
✅ Tradición catalana destacada por diegoenfrance.com
En Arles-sur-Tech hay una dirección que forma parte de la historia golosa del Vallespir: la Pâtisserie Touron.

Desde hace varias generaciones, esta casa familiar perpetúa la elaboración artesanal de las rousquilles, esos pequeños anillos tiernos y delicadamente glaseados que son una de las especialidades más emblemáticas del País Catalán.
Al cruzar la puerta se percibe de inmediato el perfume dulce del glaseado y esa atmósfera cálida que solo conservan las casas históricas.
Aquí todo se hace a mano, con paciencia y saber hacer, siguiendo una receta celosamente guardada desde hace casi un siglo.
La rousquille no es una simple galleta.
Es un símbolo del Haut-Vallespir, un legado transmitido por muy pocos pasteleros.
Le Moulin des Arts: historia viva y creatividad del Vallespir
✅ Espacio artesanal recomendado por diegoenfrance.com por su autenticidad
A orillas del río, el antiguo Moulin des Arts et de l’Artisanat cuenta otro capítulo de la historia de Arles-sur-Tech.

Antigua fábrica textil, el edificio fue restaurado con cuidado para acoger hoy a artistas y artesanos que llenan el pueblo de creatividad.
Al entrar en el molino se descubren talleres luminosos donde trabajan ceramistas, escultores, vidrieros, joyeros, tapiceros y otros creadores apasionados.
Allí se observan gestos precisos, heredados de saberes antiguos, y se siente enseguida esa energía cálida que tienen los lugares donde el arte sigue siendo un oficio manual.
Las antiguas máquinas de tejer se han conservado, recordando la gran época textil del Vallespir.
Aportan una profundidad histórica a este espacio hoy orientado hacia la creación contemporánea.
El parque sombreado y la bambusera invitan a prolongar la visita con un momento de calma junto al agua.
Castelnou: uno de los pueblos más bellos del País Catalán
✅ Pueblo recomendado por diegoenfrance.com por su autenticidad medieval

Al dejar Arles-sur-Tech por la tarde nos dirigimos a Castelnou, un pueblo que parece surgir directamente de la Edad Media.
La carretera serpentea suavemente entre las colinas de los Aspres y, poco a poco, el pueblo aparece formando un conjunto armonioso de piedras rosadas, tejados ocres y pequeñas callecitas que ascienden hacia el castillo.
Disfrutamos mucho recorriendo el propio pueblo, porque Castelnou no se resume únicamente en su castillo.

Es un conjunto vivo donde cada casa parece llevar la memoria de los siglos y donde las callejuelas suben y bajan con la delicadeza de los antiguos caminos.
Las fachadas floridas, las higueras que desbordan desde los jardines y los postigos en tonos pastel componen un decorado armonioso que cambia a cada paso.
A medida que avanzábamos, nuevos miradores se abrían sobre los Aspres, con las montañas envolviendo al pueblo como un cofre natural.
❤️ Lo que me encantó: pasear por las callecitas floridas antes de subir al castillo, con la luz dorada de la tarde iluminando todo el pueblo.
👉 Lee mi artículo completo sobre Castelnou y qué hacer en este encantador pueblito
El Castillo de Castelnou: guardián milenario de los Aspres

En lo alto del pueblo se alza el castillo vizcondal, que vela por Castelnou desde el siglo X.
La subida para alcanzarlo es corta pero algo empinada, y ya mientras avanzás las vistas comienzan a desplegarse alrededor.
Desde la entrada, el castillo impresiona por su silueta irregular, sus murallas macizas y esa fuerza tranquila que emana de los lugares que han visto pasar siglos.
Recorrimos el patio interior, observamos las piedras antiguas e imaginamos a los vizcondes que vivían aquí, dominando el Vallespir y vigilando las antiguas rutas.
Desde lo alto, el panorama es magnífico: el pueblo se extiende bajo tus ojos como un mosaico de tejados, rodeado de colinas verdes.
Es un mirador que resume, por sí solo, la belleza del País Catalán.
⌚ Horarios: abierto todos los días de 10 h a 18 h. Consultar su web por si hubiera modificaciones.
🎟️ Tarifas: 6,50 € — gratuito para menores de 8 años. Pass Découverte: 5,50 €.
Dónde dormir cerca de Céret: nuestra experiencia en el Mas des Colombes
✅ Experiencia de alojamiento documentada por diegoenfrance.com por su encanto excepcional y su hospitalidad inolvidable

Encontrar un lugar donde descansar después de un día en el Vallespir es casi un arte.
En el Mas des Colombes, situado en lo alto de Oms, descubrimos mucho más que un alojamiento: una verdadera pausa de dulzura, impulsada por la cálida bienvenida de Éric y Nadège.
Ubicada en el 17 chemin de Reynes, esta Chambre d’Hôtes, o casa de huéspedes, de lujo parece suspendida entre el cielo y la montaña.
La casa se abre hacia uno de los panoramas más hermosos de la zona: una vista amplia sobre las colinas, los bosques y las líneas suaves del Vallespir.
El silencio es profundo, casi envolvente, y uno entiende de inmediato que está a punto de vivir un momento especial.
Una casa de huéspedes suspendida entre el cielo y la montaña
El mas alberga cinco suites decoradas con un gusto exquisito, combinando piedra catalana, líneas contemporáneas y materiales naturales.

Cada habitación está concebida como un pequeño refugio elegante donde la luz circula libremente, y la sensación de confort es inmediata.
Cenamos allí mismo, aprovechando la table d’hôtes donde Éric y Nadège ponen en valor los sabores del terruño.
Los platos, sencillos pero llenos de sabor, se preparan con productos de temporada provenientes de productores locales, en un espíritu profundamente respetuoso del territorio.
La cena suele servirse en la terraza o en el comedor abierto hacia el valle, en una atmósfera acogedora que convierte la velada en un verdadero momento de encuentro y de disfrute compartido.
Una experiencia pensada para el bienestar
A la mañana siguiente Nadège nos había preparado un desayuno delicioso, compuesto por productos frescos, confituras caseras, jugos recién exprimidos y panes todavía tibios.

Fue un despertar lleno de luz, acompañado por la vista espectacular de las montañas.
El Mas des Colombes también ofrece una serie de servicios que enriquecen la experiencia: una piscina climatizada, un spa desbordante, una sala de deporte, un terreno de petanca sombreado, además de actividades de yoga, masajes y sugerencias para los amantes del golf.
Todo está pensado para relajarse, reconectar y saborear el ritmo lento del Vallespir.
Dormir aquí es elegir una hospitalidad sincera en un entorno natural preservado.
Es dejarse envolver por la montaña.
Es regalarse una pausa donde cada gesto, cada detalle y cada sonrisa contribuye a volver la estancia inolvidable.
❤️ Lo que me encantó: la vista espectacular sobre el valle, la tranquilidad del lugar y la atención delicada de Éric y Nadège.
📍 Dirección: 17 chemin de Reynes, 66400 Oms
🍽️ Table d’hôtes: cocina catalana-francesa casera, a base de productos locales
🧘 Servicios: piscina climatizada, spa, golf, sala de deporte, terreno de petanca, yoga, masajes
🎫 Tipo: Chambre d’Hôtes de lujo (5 suites). Estancia reservada a adultos
👉 Habitaciones desde 300 € por noche
Dónde comer en el Vallespir: nuestras tres experiencias gourmet
Viajar por el Vallespir es recorrer un territorio donde la cocina expresa el alma catalana con sencillez, generosidad y carácter.
A lo largo de estos tres días descubrimos tres mesas que reflejan cada una una faceta distinta del valle: la convivencia, la autenticidad y la creatividad.
Restaurant du Casino – Amélie-les-Bains: una pausa simple y acogedora
✅ Seleccionado por diegoenfrance.com por su atención cálida y su ambiente local

En Amélie-les-Bains almorzamos en el Restaurant du Casino, una dirección ideal para una pausa agradable después de los termales o de un paseo por el pueblo.
El ambiente es relajado, la atención es amable, y sirven una cocina francesa clásica, bien hecha, con porciones generosas que se agradecen después de una mañana activa.
No es un restaurante gastronómico, sino un lugar sincero, donde se come bien, sin pretensiones, inmerso en un ambiente auténticamente local.
🍽️ Cocina: catalana tradicional, grillados, platos del día
📍 Dirección: Avenue du Casino, 66110 Amélie-les-Bains
Les Glycines – Arles-sur-Tech: una experiencia gastronómica inolvidable
✅ Restaurante gastronómico recomendado por diegoenfrance.com por su creatividad y su excelencia

Nuestra cena en Les Glycines fue uno de los momentos más memorables de todo el viaje.
Recibidos por Jennifer con una calidez radiante, descubrimos una cocina refinada firmada por el chef Cédric Stutz, que sublima el terruño del Vallespir con creatividad y sensibilidad.
Cada plato cuenta una historia: la de los productores locales, la de las estaciones, y la de la pasión de una pareja joven que ha devuelto vida a esta dirección.
Es una mesa a la que uno va para saborear, pero sobre todo para sentir.
📍 Dirección: 7 Rue du Jeu de Paume, 66150 Arles-sur-Tech
📞 Reserva recomendada: +33 (0)4 68 29 02 29
🍽️ Cocina: gastronómica, creativa, productos locales elevados al máximo
L’Hostal de Castelnou: cocina catalana en un decorado medieval
✅ Restaurante recomendado por diegoenfrance.com para prolongar la visita del pueblo medieval

El mediodía de nuestra visita a Castelnou nos detuvimos en l’Hostal, el restaurante emblemático del pueblo.
Instalado en pleno corazón de las callecitas medievales, ofrece una cocina catalana sencilla y sabrosa, servida en una terraza a la sombra de las viejas piedras.
Los platos ponen en valor los productos de los Aspres: grillados, verduras del mercado y recetas tradicionales suavemente revisitadas.
Es el lugar perfecto para prolongar la magia del pueblo antes de subir hacia el castillo.
📍 Dirección: Place du Village, 66300 Castelnou
🍽️ Cocina: catalana tradicional, grillados, platos del mercado
👉 Lee mi guía con los mejores consejos para familias en un restaurante de turismo en Francia
Mapa interactivo: todos los lugares imprescindibles de nuestro viaje por el Vallespir
Para ayudarte a preparar tu viaje reuní en un único mapa todas las etapas de estos cuatro días: caminatas, pueblos medievales, museos, pastelerías, termales, restaurantes y alojamientos de excepción.
Logra la máxima immersión
en la cultura francesa
Te dejo una playlist para mientras conduces por aquí
La Fiesta del Oso: la tradición más salvaje y fascinante del Vallespir
Cada año, entre enero y febrero, el Vallespir se transforma para celebrar una de sus tradiciones más antiguas y vibrantes: la Fête de l’Ours.
📌 Para saber: un patrimonio vivo reconocido por la UNESCO
La Fête de l’Ours está inscrita en el patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO.
Este reconocimiento subraya la importancia excepcional de esta tradición, a la vez mítica, simbólica y profundamente humana.
Transmitida de generación en generación en el Haut-Vallespir, cuenta el paso del invierno hacia la luz y celebra la fuerza colectiva de un territorio que ha sabido preservar sus ritos más antiguos.
Un acontecimiento único en Francia y un testimonio vibrante de la identidad catalana.
La Leyenda del oso de Vallespir
Según leyenda, el oso rondaba antiguamente los pueblos, atraído por los rebaños y por las jóvenes del lugar.
Los cazadores salían entonces a intentar capturarlo, y toda la comunidad participaba en este ritual simbólico en el que el animal salvaje terminaba “afeitado”, recuperando su forma humana.
Una metáfora poderosa del paso del invierno hacia la luz, del caos hacia el orden, del instinto hacia la civilización.
La fiesta se celebra en tres pueblos del Haut-Vallespir:
- Arles-sur-Tech
- Prats-de-Mollo-la-Preste
- Saint-Laurent-de-Cerdans
Cada uno tiene su propio ritual, pero la energía es la misma: intensa, festiva, profundamente popular.
Las calles se llenan de música, de hombres cubiertos de hollín o de grasa negra que encarnan a los osos, de jóvenes mujeres perseguidas por las callejuelas, y de vecinos que representan la escena con una pasión contagiosa.

La fiesta es a la vez un espectáculo, una comunión, una memoria viva.
Asistir a la Fête de l’Ours es sentir un vínculo profundo con la cultura catalana, con su fuerza, sus mitos y su alegría de vivir.
También es comprender que, en el Vallespir, las tradiciones no son simples recuerdos: son una manera de habitar el mundo, juntos.
Mi conclusión: el Vallespir, un viaje que se queda mucho tiempo en el corazón
Estos cuatro días en el Vallespir fueron mucho más que una simple escapada.
Fueron una manera de bajar el ritmo, de respirar y de saborear un territorio que se descubre con pasos suaves.

Entre las crestas del Pic de Garces, las callecitas medievales de Castelnou, las aguas beneficiosas de Amélie-les-Bains y los toques de arte moderno en Céret, cada etapa reveló una faceta distinta de este valle tan entrañable.
Los encuentros fueron los que dieron al viaje una profundidad especial.
Mélinda y sus rousquilles, Éric y Nadège en el Mas des Colombes, los artesanos del Moulin des Arts o la sonrisa de Jennifer en Les Glycines dibujaron un hilo humano que conecta todos estos lugares.
El Vallespir no es un decorado: es un territorio vivo, generoso y orgulloso de su identidad catalana.
Si te gustan las experiencias auténticas, los pueblos preservados, los panoramas silenciosos y los instantes que huelen a verdad, entonces el Vallespir te está esperando.
Solo hace falta dejarse llevar para comprender que, en este valle dulce y secreto, no se hace simplemente un viaje: se vive un momento que permanece durante mucho tiempo en el corazón.
Preguntas Frecuentes. Todo lo que necesitás saber para organizar un viaje al Vallespir
¿Dónde se encuentra el Vallespir y cómo llego?
El Vallespir se sitúa en el sur de los Pirineos Orientales, en la frontera con España.
Se llega fácilmente en coche desde Perpiñán (45 minutos), desde la autopista A9 o desde Figueres, en Cataluña.
¿El Vallespir es adecuado para viajes en familia?
Sí, perfectamente.
Los pueblos son tranquilos, las caminatas son accesibles y las actividades culturales también son aptas para niños.
Algunos alojamientos, como el Mas des Colombes, están reservados para adultos, pero hay muchas opciones familiares en los alrededores de Céret.
¿Se pueden visitar los termales de Amélie-les-Bains sin hacer una cura larga?
Sí.
Hay cuidados a la carta para una simple pausa de bienestar.
Los termales romanos también pueden visitarse independientemente de la parte moderna.
¿El Vallespir es una buena opción para viajar fuera de temporada?
Sí, y es incluso uno de sus mayores atractivos.
En primavera y otoño, el valle está tranquilo, luminoso e ideal para las caminatas y la visita a los pueblos.
¿Cuál es la mejor época para venir al Vallespir?
La mejor época para visitar el Vallespir es la primavera y el otoño.
En esos meses el valle está tranquilo, luminoso y con temperaturas ideales para caminar, recorrer los pueblos y disfrutar de la naturaleza sin calor excesivo ni multitudes.
El verano también es agradable, pero más concurrido, mientras que el invierno ofrece una atmósfera muy serena, perfecta si buscás descanso y paisajes silenciosos.
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